País que corres por mi sangre... me has transmitido una sensación de miedo indescriptible.
Ha sido electo, el país ha hablado y todos los que no estamos de acuerdo tenemos dos opciones —o en mi caso, tres—: Vivir con miedo el diario vivir, optar por retirarse del país o simplemente quedarse a ver como todo aquí poco a poco se va consumiendo y a lo que se dedicará cada ciudadano es, arrepentirse de tomar la decisión errada cuando las cosas no surjan como se prometieron.