Y... ¿qué le pasó a mi navidad? #2

Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que Corazón de León visitó las desoladas 
tierras de su reino...

Buenas noches a todos, lectores de Lionheart Kingdom. 


Espero estén teniendo unas felices fiestas, y qué aún sigan en contacto leyéndome. Pido disculpas por dejar de lado el blog, pero creo que dejé claro que el último post que sería de mi después de cierto suceso... [lo lamento, pero también irá a otra entrada xD] Retomaré el blog con una historia que quedé debiendo hace mucho tiempo, la cual escribí en la entrada 'Y... ¿qué le pasó a mi navidad?' en la cual decía el por qué el 28 de diciembre y el mes en general, generaba en mi cierto desagrado, aquí la historia.




Todo empezó un 28 de diciembre del año 2013, cuando todavía tenía solo 14 años.

Estaba en casa, disfrutando mi regalo de Navidad una —Nintendo Wii nueva y original—, estaba muy viciado, me encontraba solo en casa, pues pese a las fechas, mi padre estaba trabajando fuera de la ciudad y mi hermana y madre seguían laborando todavía. Todo iba normal, común y corriente como todos los días, estaba preparando mi desayuno cuando el teléfono fijo de la casa sonó:

Era una voz seria, en ese entonces parecía una persona que hacía bien su 'trabajo', cuando en realidad era alguien que sabía engañar.

<< Aquí debo hacer un paréntesis antes de seguir. A mi padre le habían pagado hace una semana un trabajo que él había hecho en cheques, y lo había hecho para un narco [aclaro, mi padre es un hombre honrado y honesto, solo iba a pintar lo que a él se le decía y nada más, hasta el dinero que recibió era totalmente limpio, pues el contratista que lo llevó hasta allí también es un hombre honrado]. Debo hacer el paréntesis para que entiendan un poco más mi historia. >>

Un hombre con una voz seria estaba del otro lado del teléfono, primero procedió a presentarse —supongo que con un nombre falso—, después se puso a nombrar a mi familia —sabía el nombre de todo mi núcleo familiar—. Al ya tenerme enganchado por ese lado, no dudaba de sus palabras. Primero, me decía que estuviese tranquilo, que no me preocupase y que no llamase a nadie más, él iba a guiarme en todo el proceso. Yo, confiando en él, accedí a sus demandas.

Me comenzó a contar que mi padre había sido detenido y estaba retenido en la URI —prisión interna de la Fiscalía General de la Nación— pues habían confiscado unos cheques que estaban trucados, y que por ese delito estaba bajo custodia. Al oírlo, me alarmé, pero no me percaté que podía tomarme unos pocos segundos en llamar a mi padre y confirmar los hechos, estaba asustado.

Ya con mi voz un poco quebrada y mi pensamiento fijado en las palabras del señor, procedo a preguntarle: ¿qué debo hacer?, en ese momento es cuando el señor me pasa con una dama, que también sabía de nosotros y además sabía persuadirme con palabras tranquilizadoras para que no hiciese cualquier cosa extraña.

<< He de decir, que siempre repetían 'si cuelgas, tu padre irá a prisión de por vida' una manera que a mi parecer, es muy cruel para engañar a un crío. >>

La señora empezó a decirme lo mismo que la persona anterior, con la diferencia que ella ya iba al grano. Me pidió que agarrase alguna mochila que tuviese a la mano y en ella depositara TODO lo que encontrase de valor... y eso hice. Empecé por mi habitación, agarré mi Nintendo Wii —la cual llevaba tan solo 3 días de uso— y la empaqué por completo en su caja. También puse mi alcancía casi llena, mi PS2 con controles inalámbricos —algo en realidad costoso en ese momento— y algo de joyería sin mucho valor monetario que previamente me habían regalado. No toqué la sala, comedor, baño, cocina ni la habitación de mi hermana.

Lo más doloroso, lo cual al día de hoy aunque mis padres no me digan nada, aún me siento muy mal y bastante culpable. Ingresé a la habitación de mis padres y... bueno, saqué la alcancía repleta de cada uno —con monedas de $500 pesos colombianos, las de máxima categoría en ese tiempo—, algunos billetes que estaban por encima, alguna joyería de plata y oro falsos y... quizá lo más doloroso para mí al día de hoy, que hasta que muera no podré perdonarme, sus anillos de compromiso.

Ya con la caja de Nintendo Wii y la mochila repleta, procedí a atender al teléfono. La dama que me atendía aún seguía en la línea conmigo, me estaba esperando. Me dijo que saliese de mi conjunto, girase a la derecha y caminase 1 cuadra; allí, un joven de traje junto a una camioneta me estaría esperando para la entrega de las cosas. Yo, asustado y confiado que haciendo eso iba a 'liberar' a mi padre, bajé las cosas —con cierta dificultad, algo que me sorprendió bastante tiempo después que ningún adulto notase que un crío con las manos llenas saliese a la calle a medio día, pero bueno— y llegué donde aquel joven.

Le entregué las cosas, a lo que él me preguntó '¿eso es todo?' yo no le respondí, pero sabía que cosas de valor seguían en casa —principalmente en el cuarto de mi hermana—. El joven estaba nervioso puesto que al parecer tenían planeado secuestrarme además de robar nuestra casa, se apiadó de mi y me dijo 've y busca las escrituras de tu casa debajo del colchón de tus padres y luego me las traes' a lo cual accedí. Preocupado, volví a casa en busca de dicha papelería, llegué y no encontré absolutamente nada —obviamente un papel tan importante no se encontraría allí—.

Me dirigía al teléfono, y ya no había nadie en la línea, no había ningún rastro. Volví a la calle para avisar al joven y no había nadie. Al llegar de vuelta a casa me llama mi madre, algo preocupada pues no habíamos hablado en toda la mañana. Le comento que mi padre estaba preso, y había entregado cosas a unas personas que que quedara libre, obviamente esto era una vil mentira. Mi padre estaba trabajando en un pueblo no muy lejos, y por mi culpa le hice regresar inmediatamente. Mi madre me colgó cuando se lo dije y pasados 5 minutos me llamó llorando... nunca me lo perdonaré. Todos ya venían para la casa. No sabía como sentirme; estúpido, idiota, engañado, frustrado, rabioso, triste, furioso.... solamente empecé a tirar y golpear todas las cosas que estaban en mi habitación a todas partes, gritaba, lloraba, golpeaba... tanta fue mi ira que pateé mi mesita de noche y le hice un agujero de tamaño considerable que aún puede verse.

Todos llegaron al tiempo, yo estaba en shock llorando sentado en cama de mis padres, todos me miraban, esas miradas que penetran, que te sabe mal. Me hacían preguntas, pero no sabía que responder. Fuimos a la estación más cercana de policía pero no ayudaron en nada, en palabras vulgares 'ya olvídense de eso, ya se perdió' decía el agente de policía. Lo peor de toda esta situación aparte de los anillos de compromiso, es que toda la familia salía de viaje a mi tierra natal el 30 de diciembre para pasar año nuevo por allá, todos reunidos. Imaginen con que cara yo viajaría y con que tranquilidad estaría...

Comparto esta historia con ustedes lectores, principalmente porque se las debía y además de esto, que sea un ejemplo y que situaciones como estas no les toquen vivir ni a ustedes ni a sus familias, un gran abrazo, nos vemos muy pronto con más historias o anécdotas de mi vida. Les invito a mi nuevo no tan nuevo espacio, donde pueden encontrar aún más material.

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Lionheart.

No quisiera perder la costumbre, de compartir con ustedes canciones que me gusten, he aquí la de esta entrada. 














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