Una historia del baúl de los recuerdos... #4

Última parte de la historia jamás contada[...] que está siendo contada el día de hoy...en la siguiente parte, haré aclaraciones respecto a las anotaciones y la conclusión final.



Capítulo III: Unos cuantos problemas. 

Después de despertar en el coche de Andrew, le oí decir que nos dirigiamos al aeropuerto de Irlanda, en el centro de la ciudad. Yo no le vi problema, porque de todas formas fue m iidea escapar de ese casino; y además no quería quedarme ni un segundo más en este país.
Mientras Andrew conducía detrás de Roger, recordé que yo había traído conmigo el sistema de comunicación, así que decidí repararlo.

Ta faltaba poco para llegar, y yo ya había terminado de arreglar el sistema, pero me faltaba tan solo una parte: Una batería de Apple, aunque eso aún no me preocupaba, quería irme en uno de esos aviones de AmericanAirlines de primera clase, aunque mi padre es el coronel, nunca he viajado en estos aviones.

Cojimos el carro de mercado para llevar todas las cosas que habíamos empacado, sin embargo se me hizo raro que no se encontraran cadáveres, personas o rastro humano en este aeropuerto, pero el punto no es este, sino despegar en uno de esos aviones hacia Japón. 

Era mediodía, teníamos demasiada hambre y tuvimos tanta suerte que logramos encontrar una especie de "Burguer King" en el cual disfrutamos bastante de la comida, al parecer no heh olvidado mi habilidad de cocinar. 

Finalmente terminamos de almorzar, eran las 1432 horas, Roger estaba metiendo las cosas en la zona de equipaje del avión, Andrew estaba cargando todo el tanque de gasolina, mientras yo limpiaba de rabiosos soviéticos el avión, exterminando y sacando cada uno de los cadáveres que allí estaban. 
Finalmente nos montamos, pero la cuestión era ¿quién sabe conducir el avión?; Roger tenía conocimientos pero no sobre aviones, Andrew y yo no teníamos para nada conocimientos sobre esto, cuando de repente una voz anciana y agonizante empezó a hablarnos:
-Yo sé conducir perfectamente, pero estoy un poco hambriento y cansado. Les propongo algo, traiganme algo de comer a cambio de que yo lo pilotee el avión.
-Tranquilos, yo iré. Dije
-¡No Max, no te arriesgues así! Dijo Roger.
-Fue mi idea traerlos hasta aquí y mi responsabilidad sacarlos. 
-Yo te acompaño Max, dijo Andrew. 
-¡Ya dije que no!, ahora empiecen a arrancar el avión, y pónganlo para que despegue en el acto, cojeré el coche y no me demoraré. 

Cojí el Camaro Azul y regresé a el "Burguer King", cogí cualquier comida que vi y de paso me tomé una Pepsi. Arranqué de nuevo el coche, pero en el camino se econtraban unos cuantos rabiosos soviéticos así que ceré el techo y atropellé a cada uno de ellos, obviamente con doble remate. 

El avión ya estaba listo para arrancar, así que abandoné el coche a unos cuantos metros y empezé a correr con la comida, mientras unos cuantos rabiosos me perseguían y Andrew y Roger me gritaban: 
¡Rápido, sube que ya vo a despegar!
Salté y alcanzé a subirme, aunque se me cayó la pepsi que había recogido para mi, sin embargo le entregué la comida al anciano piloto y empezamos a viajar hacia Japón. 

En el avión, mientras todos descansaban todos mis compañeros y yo activaba el piloto automático, el anciano piloto empezó a sentirse muy mal, empezó a escupir sangre, temblaba mucho y me miraba con muchísimas ganas de comerme. Sin más preambulos tome una decisión por el bien de todos; decidí asesinarlo. Me acerqué a el mientras temblaba, cojí un cojín de la sala de primera clase y lo ahogué, me sentí tan mal que no pude mirar el cadáver del pobre anciano, así que abrí la zona de basura y lo arrojé por allí.

Era de madrugada mientras descansaba, todos estaban descansando perfectamente, pero yo estaba muy preocupado, pensaba que en ese avión podría haber algo más, y el ruido venía de la zona de segunda clase, era un ruido incesante. 
Efectivamente, habían 4 rabiosos soviéticos en el avión, pero estaban inactivos, solamente tirados en el suelo pero se estaban empezando a levantar lentamente, Y cuando uno de ellos se levantaba accionó la palanca de la puerta de emergencia, lo que causó el colapso de todo lo que había en esa sa la. 

El avión empezaba a perder el control, ya no tenía piloto automático así que mientras me sostenía de lo que podía, les gritaba que desperatan:
-¡Roger!¡Andrew! despierten que el avión está colapsando.
-¿Qué está pasando?¿Y el piloto? Dijo Roger
-Era un rabioso soviético, así que lo asesiné.
-¿Qué pasa? Dijo Andrew
-Nada anormal, que en el avión se encontraban rabiosos y cuando uno se levantó accionó la palanca de la puerta. 
La buena noticia es que estamos en Japón. 
-Almenos algo bueno ha pasado, dijo Andrew. 
-Muchachos me estoy soltando......
-¡¡¡¡¡Maaaaaax!!!!!, no te sueltes, Dijo Andrew. 
-Lo siento chicos, pero no aguanto más.
-¡¡Noooooooooooooo!!, dijo Andrew.
-Cojeré ese paracaídas, no se preocupen.

Mientras lo agarraba y me lo ponía, me solté de donde estaba y el viento me sacó al instante. Pero cuando toqué la parte de afuera del avión, Roger me gritó:
-¡Sálvate tú, este avión tal vez resista a la caída, aunque ese paracaídas estaba rasgado, lo siento Max.

Antes de impactar contra el suelo, vi como el avión aterrizaba, no vi que había pasado con ellos ni el avión. Finalmente impacté muy mal en una especie de parque, cercano al aeropuerto, donde caí e impacté, quedando malerido de mi brazo izquierdo y sangrando de la pierna derecha, me desmayé al instante, sin saber donde estaba ni cuantos problemas había conseguido. 

Capítulo IV: ¿Dónde y con quién estoy?
¿Continuará...?










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